LA PRUDENCIA

La prudencia es la virtud de prever y evitar todo lo que ha de dañar curándose de salud.

Tener buen juicio y cordura en todo acto cometido, agudizando el sentido al hacerlo con mesura.

Cuando llega la ocasión de pasar alguna prueba, sea que truene o llueva hay que obrar en la razón.

Aquel que es imprudente llevará las de perder y se hará aborrecer por extraños y su gente.

A QUIEN IGNORA LO QUE ES EL AMOR

El amor es un aliento nacido del corazón; el sentimiento más puro que nos acerca al Creador.

Fundición de voluntades en el sagrado crisol.  Conjugación de ternura que enceguece la razón.

Es el sostén de la tierra, motivo de la creación.  Darle la mano al caído, sin esperar gualardón.

Es desechar la venganza, convirtiéndola en perdón.  Abrazar al enemigo, sin maldad y sin rencor.

Entregarse al ser amado, sin ninguna condición.  Gozar de la dicha ajena y sentir por su dolor.
Es el ejemplo divino que Jesús nos enseñó.

Como último consejo, porque no hay otro mejor, busca el amor verdadero en la comunión con Dios.

EL AHORRO

"El que guarda, siempre tiene", dice una vieja canción, dando una buena lección porque el que ahorra no teme;

pero hay un viejo dicho con que se dan taco a taco que "La ambición rompe el saco" advierte el contradicho.

¿A quién  podemos creer ante tal contradicción?
Si nos pone en ocasión de no saber qué hacer.

Por lo que hay que aclarar pudiéndolo definir que se debe prevenir con hábito de ahorrar.

Pero sin volverse esclavo y no gozar de la plata porque asì hay quien se mata sin gozar de ni un centavo.

Lo ideal es repartir el dinero en dos tantos:  para no pasar quebrantos y para poder vivir.