Hay una mala pasión que nos causa sinsabor y es avivar el rencor adentro del corazón.
Retener resentimiento contra el que nos hace mal, es un pecado mortal que se convierte en tormento.
Escuche a un predicador que dijo como argumento recalcando en santo acento que es un pecado mayor.
En eso tuvo razón porque es un fuego ardiente que consume intensamente y corroe el corazón.
Y si ese mal avanza se convierte en un rugido y aquel rencor retenido puede volverse venganza.
Si tu tienes un rencor, lo mejor es olvidar, pues nos manda perdonar Jesús, nuestro redentor.