Hay quien cree que el destino es algo que está marcado y que Dios lo ha mandad como mandato divino.
Suponen que es algo escrito desde que el hombre nace y que fatalmente hace que nada sea fortuito.
Otros culpan al destino de una sarta de males y cuantas cosas fatales se cruzan en su camino.
El destino es la cadena que forma las circunstancias, irremediables instancias en la dicha y en la pena.
No hay que culpar al destino que a veces uno lo hace con uno que otro pase sin saber tirar con tino.
Si al ver venir la bola no metemos ni la mano, más tarde o más temprano puede pisarnos la cola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario