viernes, 18 de mayo de 2012

No hay cosa más censurable que un déspota goberando, porque a todos va ultrajando con proceder execrable.

Pues creyéndose deidad bajada del alto cielo, sólo siembra desconsuelo y obtiene calamidad.

No sólo el presidente, rey o emperador, puede ser abusador y volverse repelente.

Para todos es visible, en todas partes se hallan déspotas de toda talla que se vuelven imposibles.

Si eres hombre parejo el despotismo has de odiar dando ejemplo en tu hogar gobernando sin complejo.

Todo el que a capricho abusa de su poder, para mi real entender no es humano, es un bicho raro.

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