Un muchacho me pidió que hablara de la alegría y como es filosofía, en aprietos me dejó.
He buscado la respuesta y descubrí seriamente que aunque parezca, está ausente en el baile y la orquesta.
Aquel que la ha buscado en la droga y los licores, frustración y sinsabores es lo que ha cosechado.
Porque es grato sentimiento de amor por el ser amado, por algún triunfo alcanzado o por vivir el momento.
La verdadera alegría se lleva en el corazón, porque es divino don del que el Creador confía.
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