No es la gloria ni el dinero lo que da felicidad, ni brillar en sociedad o ser en todo el primero.
No es tener la voz de mando ni los deleites mundanos; pues todo se va acabando como agua entre las manos.
Lo que siempre es duradero y causa felicidad, es cultivar la amistad y ser amigo sincero.
Ayudar a quien lo pida, enseñar a quien no sabe y en consejos dar la clave para luchar en la vida.
Al triste darle consuelo, al enfermo medicina, al que a lo malo se inclina mostrr la gloria de Dios.
Si a nadie guardas rencor, serás digno de alabanza, pues felicidad alcanza el que cultiva el amor.
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