Cuenta la historia que en Francia hubo una vez un rey, que dijo: "Yo soy la ley", para darse su importancia.
Las leyes son los pilares que impone la sociedad y a pesar de los pesares hay que hacer su vuluntad.
Suelen haber leyes buenas que nos agrada acatar, otras, no han de gustar y nos llenarán de penas.
Mas como se ha instituido para tener un buen freno, todo hay que darlo por bueno aunque nos haya dolido,
porque si leyes no hubieran, cada quien con desparpajo formaría un gran relajo donde nadie se entenderia.
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