Japón tiene el monumento de los tres monitos sabios, quienes sin mover los labios nos enseñan un portento.
Su consejo es elocuente, lleno de filosofía y su gran sabiduría hay que tenerla presente.
Los debemos imitar pues su gesto extrovertido señala el buen sentido de VER, OÍR Y CALLAR.
Hay que tenerlo presente porque dan una lección para tener discreción y no pecar de imprudente.
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